El Queso Azul se elabora en el corazón de la Asturias rural, utilizando leche cruda de vacas que pastan libremente en los prados del Principado, alimentadas exclusivamente con pasto natural, sin productos sintéticos ni agrotóxicos, lo que asegura un producto de la más alta calidad.
La leche se recoge y se transforma en queso siguiendo los más estrictos criterios de la producción ecológica y bajo la supervisión de maestros queseros que siguen un proceso de elaboración artesanal heredero de la auténtica tradición quesera de los vaqueiros asturianos.
Su fórmula, en apariencia sencilla, esconde una gran complejidad, y se basa en la paciencia y en el cuidado constante del producto.
El queso madura durante más de dos meses, un período en el que se transforma, concentrando sus sabores intensos y equilibrados, perdiendo peso y volumen y adquiriendo una textura única.
Este queso tiene un sabor muy equilibrado y una textura fundente en boca. De ahí que la primera sensación en boca sea una explosión de suavidad, con un punto de sal que resalta la calidad de la leche fresca.
Su ligero dulzor lo hace muy fácil de disfrutar, mientras que unas suaves notas picantes añaden una complejidad agradable, en un equilibrio perfecto.
En el retrogusto, se perciben notas amargas que recuerdan a frutos secos, como la nuez.
La pasta presenta vetas azuladas, es cremosa, suave pero consistente, perfecta para cortar en trozos y con excelente untuosidad.
El aroma del queso es una mezcla de leche de vaca fresca, nata y mantequilla, con notas agradables de hierba mojada y un toque de setas.
Su corteza es seca y ligeramente rugosa, sin mohos, lo que facilita su manejo. En el interior, la pasta amarillenta con sutiles vetas de moho azul es una señal de su proceso de maduración.
Al utilizar leche cruda, el queso conserva todas las bondades microbianas del entorno natural, lo que le otorga matices diferenciadores y una personalidad única.
Lo que hace especial a este Queso Azul no solo es su origen en los paisajes asturianos, su elaboración artesanal o su categoría gourmet, sino también el compromiso con la sostenibilidad y el respeto por el entorno natural. Cada trozo de este queso es un reflejo del esfuerzo de los ganaderos locales, la dedicación de los maestros queseros y el amor por la tradición y el buen hacer.
La degustación de este queso es una experiencia sensorial con toda la autenticidad del sabor y la cultura asturiana.