Los pistachos con cáscara son los frutos secos del árbol pistachero o alfóncigo (Pistacia vera), de la misma familia que el del anacardo, que se presentan con su envoltura exterior natural. La cáscara protege la semilla comestible. Durante el proceso de maduración, la cáscara se abre parcialmente; de hecho a diferencia de otros frutos secos, los pistachos son uno de los pocos que naturalmente se abren cuando maduran.
Son únicos entre los frutos secos por su color verde vibrante debido a la alta concentración de clorofila, en contraste con la piel interior.
El proceso de tostado realza el sabor natural de los pistachos, dándoles un toque cálido y ligeramente ahumado. Estos pistachos tostados y salados tienen un sabor dulce que contrasta con la sal. Son crujientes por fuera pero suaves y cremosos por dentro. Son irresistibles. El tostado ayuda a reducir la humedad y prolonga su vida útil.
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Son perfectos para disfrutar solos en cualquier momento o se pueden añadir a ensaladas, platos de arroz, granolas, o usarse en postres como tartas y helados.
También son excelentes para hacer pesto de pistacho o como topping en yogures y avena.
En Oriente Medio, de donde es originario, es un ingrediente básico en repostería.
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Los pistachos aportan un 20% de proteínas vegetales, tanto como las legumbres, aunque se comen en menor cantidad. Aportan nueve aminoácidos esenciales, arginina y leucina, dos aminoácidos responsables de fortalecer el sistema inmune y sintetizar las proteínas, respectivamente.
Contienen un 28% de hidratos de carbono, que al ser absorbidos lentamente por el organismo procuran energía gradual y un 10 % de fibra.
De sus grasas (44,5%, pero menos que otros frutos secos) más de la mitad son ácido oleico, el mismo que domina en el aceite de oliva o el aguacate, beneficioso para el corazón.
Después del sésamo, el pistacho es el fruto seco más rico en hierro y el más abundante en potasio.
Además una ración de 30 g de pistachos contiene más antioxidantes que una taza de té verde (vitamina E, carotenoides, fenólicos y flavonoides). Y aunque el tostado puede reducir ligeramente el contenido de algunos antioxidantes, los pistachos tostados aún conservan una cantidad significativa de estos compuestos beneficiosos.
Ayudan a reducir la vasoconstricción y favorecen el funcionamiento del corazón al dilatarse más las arterias. Si comes pistachos tendrás un corazón sano, alejarás el peligro de la anemia, protegerás tu vista y disfrutarás de salud sexual gracias al zinc y la arginina. Además te ayudarán a combatir la ansiedad.
Te sugerimos consumir entre 20 y 30 gramos al día (aproximadamente un puñado de 50 pistachos con cáscara) para aprovechar todos sus beneficios sin excederte en calorías. Si necesitas un aporte de energía extra, puedes llegar a consumir 100 g al día.
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