El nabo daikon ecológico es un tipo de rábano de origen asiático, muy popular en la cocina japonesa, coreana y china.
Tiene una forma larga y cilíndrica, parecida a una zanahoria grande, pero más gruesa. Su piel es lisa y de color blanco puro.
El sabor del daikon ecológico es más suave y dulce comparado con otros rábanos más pequeños, aunque tiene un ligero picante. Su textura es crujiente y jugosa, muy refrescante.
Toda la raíz del daikon es comestible, incluida su piel, aunque muchos prefieren pelarlo antes de consumirlo. También se pueden comer sus hojas verdes, que son ligeramente amargas y pueden cocinarse de la misma forma que otras hojas verdes como la espinaca.
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Lava bien el daikon y pélalo si no te agrada la textura o quieres un sabor más suave.
Puedes consumirlo crudo, rallado o en rodajas finas, en ensaladas o como guarnición. También se cocina al vapor, hervido, estofado, o incluido en sopas y guisos, donde absorbe muy bien los sabores de otros ingredientes.
Va bien en ensaladas frescas, encurtidos, sopas ramen, estofados de carne, y platos fermentados como el kimchi. También es delicioso en forma de chips al horno o frito.
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Es especialmente rico en vitamina C y contiene una buena cantidad de potasio.
Además, el daikon es una fuente excelente de enzimas digestivas como la diastasa, que facilitan la digestión y pueden ayudar a aliviar la indigestión. Su alto contenido en fibra también contribuye a la salud digestiva y ayuda en la regulación de los niveles de azúcar en la sangre.
Bajo en calorías pero alto en nutrientes, el daikon es ideal para dietas de control de peso: proporciona saciedad y nutrición sin exceso de calorías.
Cuando el nabo daikon se utiliza en kimchi, el proceso de fermentación genera cultivos vivos de bacterias beneficiosas, probióticos, que mejoran la salud intestinal y el sistema inmunológico.
La fermentación aumenta sus antioxidantes y facilita que el cuerpo los absorba mejor las vitaminas del complejo B y minerales como el hierro.
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