Si te gusta la repostería saludable y sin gluten, tienes que hacer un hueco en tu cocina para la harina de avena, con su sabor de suave a nuez y su textura fina.
La avena es un cereal muy completo y equilibrado que por su valioso contenido en nutrientes es ideal para deportistas, niños y embarazadas.
Esta harina se ha elaborado a partir de granos de avena finamente molidos, a los que se ha retirado una parte de la fibra (el salvado) para obtener una textura más suave y ligera, similar a la de las harinas refinadas.
Es una alternativa más nutritiva a las harinas refinadas tradicionales.
Cuando incorporas la avena a la dieta cotidiana, es fácil darte cuenta de que muchas cosas mejoran: te sienta bien, te sacia, tu tránsito intestinal va como un reloj... Esos son solo unos pocos beneficios de la avena que apreciarás en seguida.
Esta harina de avena es adecuada para celiacos, sensibles al gluten, alérgicos al trigo, y para aquellos que siguen una dieta cetogénica, anticándida, anticáncer o la dieta para enfermedad de Crohn.
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Es muy fácil de usar para hacer panes, bizcochos, magdalenas, galletas o tortitas.
Puedes sustituir la harina de trigo por harina de avena en cualquier receta usando la misma cantidad. Pero ten en cuenta que debido a la ausencia de gluten, los preparados con esta harina no quedarán tan esponjosos, sino algo más densos.
Conviene dejar reposar las masas de avena unos 15 minutos en la nevera, de modo que la harina pueda absorber el agua y no se rompa.
Con estas masas puedes preparar un bizcocho húmedo, lleno de nutrientes, ideal para desayunar o merendar. Si lo acompañas con un yogur y fruta fresca tendrás un desayuno completo.
También puedes preparar piadinas de avena, un pan plano tipo pita que se hace en un momento y puedes rellenar con aguacates, verduras, hummus, revueltos o lo que quieras. Mezcla 8 cucharadas de harina de avena, una de lino molido, 5 de agua, un poco de sal y hierbas o especias a tu gusto y cocina la masa en una sartén antiadherente 2 ó 3 minutos por cada lado. Tendrás para 4 piadinas aproximadamente.
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La avena es rica en proteína y fibra, por eso los productos preparados con harina de avena nos sacian durante más tiempo. Como ayuda a controlar la ingesta, es útil en dietas de control de peso, porque además no aporta demasiadas calorías.
Sin embargo, sí aporta buenas cantidades de minerales ( magnesio, manganeso, cobre, hierro, zinc) vitamina B1 y en menor medida ácido fólico y otras vitaminas del grupo B.
Las avenantramidas, unos polifenoles que se encuentran casi exclusivamente en la avena, hacen que resulte especialmente beneficiosa para cuidar tu salud cardiovascular. Además, estos antioxidantes aumentan la producción de óxido nítrico, un gas que dilata los vasos sanguíneos, por lo que la avena ayuda a regular la presión arterial y tiene un efecto antiinflamatorio.
Las avenantramidas también reducen la irritación de la piel, de ahí que encuentres en el mercado tantos cosméticos formulados con avena.
La avena es rica en betaglucano, una fibra soluble fermentable que tienen un efecto prebiótico en el intestino (alimenta las bacterias beneficiosas que componen la microbiota) y contribuye a reducir el colesterol malo LDL.
Al ser solubles en agua, durante la digestión forman un gel que ralentiza el vaciado del estómago y con él, el paso de los azúcares a la sangre. Por eso la avena puede ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre, evitando los altibajos de glucosa.
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