Descubre su potencial preparando un puré de boniato ecológico, un acompañante suave y delicioso para tus platos principales.
Cortado en rodajas y asado al horno con hierbas tendrás una guarnición muy saludable.
Se pueden rellenar, igual que las patatas, las berenjenas o los calabacines.
También puedes preparar con él tortillas y revueltos, empanadas, terrinas, quiches… y hasta postres dulces: natillas, tartas, bizcochos, galletas, buñuelos, etc.
Una opción reconfortante y llena de sabor es incorporarlo a sopas, caldos, cremas, guisos y potajes igual que las zanahorias y las patatas, teniendo en cuenta que el boniato tiende a deshacerse más que éstas y les aportará una textura mucho más cremosa. Para potenciar su sabor, córtalo en trocitos y dóralo previamente.
Puedes cortar el boniato en rodajas muy finas y tras 4 horas de horno a 70 ºC obtendrás unas deliciosas chips vegetales.
También puedes preparar un delicioso crujiente de boniato preparando un puré muy flojo y pintando con el varias láminas de pasta filo que secarás al horno durante 5 minutos a 170ºC.
Cortado en rodajas grandes y finas (como si fuera pan de molde) doradas en la tostadora obtendrás una base dulce y original para tus desayunos.
Lo encontrarás en las mesas de medio mundo: en muchos postres del Levante español, en ceviches peruanos, en el kolak pisang ubi indonesio, en tempura en Japón o en forma de tallarines en Corea.