Estas cabezas de ajo morado son de tamaño medio, y tienen entre 8 y 10 dientes uniformes, grandes y compactos. Presenta una piel de color morado fácil de pelar. La pulpa es blanca y resplandeciente, firme y carnosa. Al ser más tiernos que los ajos blancos, son más delicados y se conservan por menos tiempo.
Su aroma intenso lo distingue de otras variedades y su sabor picante tiene un toque dulce y suave que se revela especialmente al cocinarse.
El ajo seco morado ecológico no está tratado con inhibidores de la germinación por lo que, transcurrido un tiempo desde la cosecha, no presentará el mismo aspecto que uno convencional y es posible que haya empezado a germinar.
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El Ajo Morado agrega profundidad y complejidad a aliños para ensaladas, salsas y guisos, y resalta los sabores en salteados y platos revueltos. También es perfecto para adobos y marinados de carnes. Combina muy bien, como el pan, el aceite, la sal y plantas aromáticas como perejil o albahaca. ¿Quién puede resistirse a una reconfortante sopa de cebolla con una tostada de ajo y queso gratinado?
Para suavizar su sabor, en caso de que no te guste el picante, parte los dientes por la mitad y retira el germen verde. También puedes escaldarlos un minuto o dejarlos en remojo, pelados, durante unas dos horas.
Su olor y sabor tan intensos, se deben a su riqueza en unas sustancias azufradas que lo convierten en un auténtico alimento-medicina. Incluir en la dieta de 1 a 4 dientes al día permite beneficiarse de todas sus propiedades. Pero la mejor manera de consumir el ajo es en crudo, ya que si calientas un diente entero vas a desaprovechar gran parte de estos beneficios. Si quieres cocinarlo, machácalo bien media hora antes, así permitirás que la aliína y la alinasa se mezclen para dar lugar a la alicina, que luego resistirá el calor.
Contiene fructosanas, oligosacáridos que alimentan la microbiota intestinal beneficiosa, relacionada con una buena salud general. Pero además, al incrementar la variedad de bacterias digestivas beneficiosas se ha demostrado que protege el cerebro frente a enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson.
El ajo morado es rico en antioxidantes que combaten los radicales libres y contiene compuestos antiinflamatorios. Además fortalece el sistema inmunológico y se asocia con beneficios para la salud cardiovascular: previene y mejora la arteriosclerosis, inhibe la síntesis del colesterol LDL (el malo) y de los triglicéridos, mejora la coagulación sanguínea y aumenta la elasticidad de las arterias.
Tradicionalmente utilizado por sus propiedades antibacterianas, antisépticas y antivirales. Puede ayudar a combatir la gripe y los catarros, fluidifica las mucosas y puede ayudarte si padeces sinusitis, asma, faringitis o bronquitis.
¿Conoces la cura tibetana de ajo? En este artículo te contamos cómo hacerla.
