El brócoli es una verdura de la familia de las crucíferas, super reconocible por su aspecto de arbolito, con floretes (cabezas o inflorescencias) verdes, densos, compactos y suaves.
Tanto los floretes como los tallos tiernos y firmes son comestibles y ofrecen un sabor similar, ligeramente amargo y terroso, y a la vez también algo dulce.
Se desarrollan durante el invierno y pueden cosecharse durante una larga temporada en primavera y comienzos del verano.
El brócoli fresco proporciona brillo y color a muchas recetas. Se puede preparar cocido al vapor, hervido, salteado, asado al horno o crudo en ensaladas. Se puede acompañar con salsas y aderezos y agregar a sopas, guisos, salteados y platos de pasta.
Una manera genial de comerlo es cocido al vapor de 3 a 5 minutos como máximo para que quede ligeramente al dente, con ajo frito en AOVE eco y almendras fileteadas tostadas. ¡Es delicioso!
La mostaza amarilla o mostaza Dijon, puede transformar el brócoli hervido en un manjar sorprendente que los niños disfrutarán, aportando un matiz picante y sabor umami.
Para que conserven sus propiedades anticancerígenas conviene cocinarlo poco, ya que los glucosinolatos son solubles en agua y sensibles al calor; si cocemos más de diez minutos se reducirán a la mitad.
El brócoli es una excelente fuente de nutrientes. Satisface enteramente los requerimientos diarios de ácido fólico y dos terceras partes de los de vitamina A.
Una ración de 200 g cubre con creces las necesidades diarias de vitamina C de un adulto.
Sin casi calorías, aporta calcio, potasio, fósforo, hierro, vitaminas B1, B2 y B6 y también dosis interesantes de yodo, cinc, cobre y manganeso.
Toma brócoli si estás combatiendo la anemia ferropénica.
Además, contiene compuestos bioactivos como sulforafano, que se ha asociado con beneficios para la salud, incluyendo propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
También tiene propiedades preventivas frente al cáncer: evita que las células precancerosas se malignicen, induce la muerte de células enfermas e impide la aparición de vasos por los que se alimenta y se desarrolla el tumor.
Los estudios realizados apuntan a que ofrece quimioprotección, es decir, protección inespecífica frente a los agentes químicos que pueden provocar el cáncer.
Activa las defensas gracias a los glucosinolatos que estimulan el sistema inmunitario para que elimine las células tumorales.
También regula los niveles de estrógenos en sangre, algo especialmente útil para prevenir el cáncer de mama.
Y por si fuera poco, el brócoli puede actuar en el estómago como antibiótico y disminuir la presencia de la bacteria Helicobacter pylori, uno de los causantes de la úlcera de estómago.
Sus fitoestrógenos con acción antiestrogénica similar a la de la soja, permite paliar los síntomas de la menopausia.
Consulta a tu médico si estás tomando medicamentos, ya que su trabajo de depuración hepático, puede interferir con algunos medicamentos, reduciendo su efectividad. Además está contraindicado en personas que padecen hipotiroidismo.
