Esta variedad de ciruela fue inicialmente cultivada en el Jardín Real de Francia y se convirtió en una de las frutas preferidas de Claudia de Valois, reina de Francia y esposa de Francisco I en el siglo XVI, motivo por el cual el fruto fue bautizado en su honor como "Reina Claudia".
La ciruela claudia tiene un aroma fresco y afrutado que anticipa su delicioso sabor dulce y ácido a la vez, muy equilibrado, con notas florales y a melocotón.
La pulpa es jugosa y tierna. Su piel suave es de color verde y su pulpa dorada.
Muchos de sus nutrientes están en su piel. No la deseches.
Son ideales para disfrutar como tentempié, en el postre o integrarlas en ensaladas de lechugas dulces o picantes con nueces, piñones, almendras o manzana.
Van bien para crear salsas agridulces para acompañar carnes y aves y en todo tipo de postres.
Prepara mermeladas y confituras caseras para disfrutar del dulce sabor de las ciruelas durante todo el año.
Las ciruelas son energizantes, tanto física como mentalmente, alcalinizante, depurativas, refrescantes, ligeras, tonificantes, y la fruta laxante por excelencia. Toma una en cada desayuno y verás como tu rutina mejora.
Gracias a su contenido en potasio (190 mg) su zumo depura y tonifica el organismo y nos ayuda contra la retención de líquidos. En primavera toma un vaso de zumo de ciruelas con zumo de naranja y miel dos veces al día antes de las comidas y verás los resultados.
Además contiene otros minerales en menor cantidad: calcio, fósforo, magnesio y hierro.
Es rica en antioxidantes y vitamina A, E y C, así que nos ayuda a mantener la piel y las mucosas en buen estado, manteniendo a raya a los radicales libres.
Por su acción drenante y depurativa y su bajo contenido calórico, te la aconsejamos en caso de que sigas una dieta de control de peso.
