La remolacha es una raíz de forma redonda u ovalada, con una piel de color morado y pulpa de un tono rojo intenso. Aunque en la cocina se utilizan principalmente las raíces, sus hojas también son comestibles y muy nutritivas.
La remolacha tiene un sabor terroso, ligeramente dulce y una textura suave y carnosa cuando se cocina.
Incorporar la antioxidante remolacha en tu dieta regularmente puede contribuir a tu bienestar general y a mejorar tu salud.
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Puede consumirse cruda en ensaladas, hervida, asada, encurtida, cruda en ensaladas o incluso convertida en puré.
También puedes preparar con ella deliciosos chips vegetales. Su sabor dulce la hace adecuada tanto para platos salados como para postres.
Como ves, su versatilidad en la cocina la convierte en una opción atractiva para crear una gran variedad de platos saludables y deliciosos.
Las hojas de la remolacha tienen un sabor similar al de las espinacas.
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Es rica en nutrientes como el folato, el manganeso y el hierro, y su consumo puede contribuir a una digestión saludable, gracias a su aporte en fibra.
Es una excelente fuente de antioxidantes, como los flavonoides y los carotenoides. ¡Verás cómo mejor tu piel!
También es única por su contenido de betalaínas, responsables de su característico color rojo o morado. Estas tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, y se ha sugerido que pueden ser beneficiosas en la prevención de enfermedades cardiovasculares e incluso de ciertos tipos de cáncer.
La remolacha, además, es conocida por su capacidad de ayudar al hígado a eliminar toxinas y para purificar la sangre.
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