Se prepara seleccionando las partes más magras del jamón y una pequeña cantidad de tocino que le aporta textura y sabor.
Se condimenta con sal y pimienta negra y se embute en tripa natural comestible, que le aporta un crujiente esencial.
Tras someterse a un proceso de curación y secado controlados, se obtiene un delicioso embutido de la máxima calidad, de intenso sabor, apetecible, super sabroso e ¡irresistible!
Su calibre (35 ml) y su forma alargada que le da nombre (Fuet significa fusta) lo hacen inconfundible.
El fuet elaborado de manera artesanal en la Plana de Vic goza del mayor prestigio, pues es fruto del trabajo de generaciones de experimentados charcuteros.
El clima de La Plana de Vic con el aire frío y seco del norte, el cálido y húmedo oreo del Mediterráneo, junto con la omnipresente niebla procedente del Montseny, dibuja la condiciones óptimas para la producción y lento proceso de curación artesanal del fuet.
Sin gluten, sin lactosa, sin OMG, sin alérgenos.
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Para apreciar su sabor y aroma te aconsejamos consumirlo a temperatura ambiente, entre 20 y 25ºC.
Córtalo grueso y acompañado de una buena tostada o pan con tomate y marídalo con un buen vino tinto.
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Su alto contenido en proteínas (31 g por cada 100 g), lo que lo convierte en una buena fuente de este macronutriente para el mantenimiento muscular y la reparación celular.
Sin gluten, sin lactosa y sin OMG, es apto para personas con estas intolerancias o alergias alimentarias.
Su consumo debe ser moderado, ya que sus grasas saturadas pueden contribuir al aumento del colesterol y es alto en sal, lo que puede perjudicar a personas con hipertensión.
Disfrútalo ocasionalmente y con moderación.
Se recomienda consumir alrededor de 30 a 40 gramos por porción, lo que equivale a aproximadamente una o dos rodajas de fuet. Esta cantidad permite disfrutar del sabor y de los beneficios proteicos del fuet sin excederse en la ingesta de calorías, grasas saturadas y sal.
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