Las judías mungo tienen un bonito color verde oscuro y brillante por fuera y amarillo intenso por dentro.
Su sabor es dulce matizado de frescor.
Una vez cocinadas son blandas y se digieren fácilmente.
La judía mungo es la estrella de la cocina india, y con ella se preparan variantes del Dahl y muchos platos sabrosos y fáciles de digerir: cremas, sopas, ensaladas…
Una sabrosa forma de facilitar su digestión consiste en condimentar la judía mungo con eneldo, hinojo, comino o tomillo.
Su delicado sabor no domina en los platos y se impregna bien de los sabores y aromas de los alimentos que la acompañan. En particular, admite muy bien las especias y los ingredientes de sabor picante.
Va muy bien en preparaciones de cocción lenta y prolongada, como guisos y estofados especiados acompañados de hortalizas o cereales para completar el plato nutricionalmente.
Uno de los más platos más completos a base de judía mungo es el kitchari, que las combina con arroz basmati blanco o integral y cúrcuma, comino y jengibre. Es un plato muy nutritivo, fácil de digerir y equilibrado, ideal para desintoxicar el cuerpo y restaurar el equilibrio digestivo.
Haciéndolas germinar se convierten en un delicioso y crujiente ingrediente, más dulce y digestivo, que multiplica su concentración de nutrientes e incorpora vitamina C (a diferencia de las judías secas).
La judía mungo es la estrella de la cocina india, y con ella se preparan variantes del Dahl y muchos platos sabrosos y fáciles de digerir: cremas, sopas, ensaladas…
Una sabrosa forma de facilitar su digestión consiste en condimentar la judía mungo con eneldo, hinojo, comino o tomillo.
Su delicado sabor no domina en los platos y se impregna bien de los sabores y aromas de los alimentos que la acompañan. En particular, admite muy bien las especias y los ingredientes de sabor picante.
Va muy bien en preparaciones de cocción lenta y prolongada, como guisos y estofados especiados acompañados de hortalizas o cereales para completar el plato nutricionalmente.
Uno de los más platos más completos a base de judía mungo es el kitchari, que las combina con arroz basmati blanco o integral y cúrcuma, comino y jengibre. Es un plato muy nutritivo, fácil de digerir y equilibrado, ideal para desintoxicar el cuerpo y restaurar el equilibrio digestivo.
Haciéndolas germinar se convierten en un delicioso y crujiente ingrediente, más dulce y digestivo, que multiplica su concentración de nutrientes e incorpora vitamina C (a diferencia de las judías secas).
La judía mungo es la estrella de la cocina india, y con ella se preparan variantes del Dahl y muchos platos sabrosos y fáciles de digerir: cremas, sopas, ensaladas…
Una sabrosa forma de facilitar su digestión consiste en condimentar la judía mungo con eneldo, hinojo, comino o tomillo.
Su delicado sabor no domina en los platos y se impregna bien de los sabores y aromas de los alimentos que la acompañan. En particular, admite muy bien las especias y los ingredientes de sabor picante.
Va muy bien en preparaciones de cocción lenta y prolongada, como guisos y estofados especiados acompañados de hortalizas o cereales para completar el plato nutricionalmente.
Uno de los más platos más completos a base de judía mungo es el kitchari, que las combina con arroz basmati blanco o integral y cúrcuma, comino y jengibre. Es un plato muy nutritivo, fácil de digerir y equilibrado, ideal para desintoxicar el cuerpo y restaurar el equilibrio digestivo.
Haciéndolas germinar se convierten en un delicioso y crujiente ingrediente, más dulce y digestivo, que multiplica su concentración de nutrientes e incorpora vitamina C (a diferencia de las judías secas).