Estas olivas son de la variedad Empeltre, también conocida como injerto, la más representativa del sabor del olivar aragonés, la más extendida en Aragón y una de las más antiguas, pues su cultivo está documentado desde el siglo XV. Aquí se privilegia sobre otras variedades por ser muy productiva y constante y porque, además de producir un aceite excelente y delicado, puede usarse para aderezo en negro.
Para ello se recolectan en el mes de Diciembre, cuando han cogido el color negro azabache característico que indica que se encuentran en su punto óptimo de maduración. Pero no pueden ser consumidas directamente pues son amargas y duras. La clave para que sean comestibles y para conservarlas, es un tratamiento completamente natural, que utiliza exclusivamente sal ecológica. El frío, la sal y el tiempo se encargan de curarlas (o como se dice aquí, de "matarlas"), de mejorar su textura y de sustituir los matices amargos por un delicioso sabor.
Leer más
Puedes consumirlas con un chorrito de aceite de oliva virgen extra como aperitivo, pero también son ideales para montar canapés o para acompañar una tabla de quesos. Resultan deliciosas en las ensaladas y con pasta estilo siciliano.
Leer más
Su alto contenido en grasas saludables (principalmente monoinsaturadas) contribuye a mantener un corazón sano, ayudando a reducir el colesterol LDL y mejorar el colesterol HDL.
Además, son ricas en antioxidantes, principalmente vitamina E.
Sin embargo, debido a su contenido de sal (2.9 g), es recomendable consumirlas con moderación, especialmente para personas con hipertensión o que deben controlar su ingesta de sodio.
La ración recomendada de olivas negras suele ser de 5 a 7 unidades (alrededor de 25-30 gramos), lo que equivale a aproximadamente 80-100 calorías. Este tamaño de porción te permite disfrutar de sus beneficios sin exceder el consumo de sal y grasas.
Leer más