Los crespillos son un delicioso dulce, tradicional del Somontano de Barbastro (Huesca), consistente en rebozar una hoja de borraja en una deliciosa masa dulce y aromatizada y freírla después con abundante aceite de oliva. Aquí te contamos su historia y te explicamos cómo hacerlos.
Para las magras economías rurales, el uso de tanto aceite de oliva era un verdadero dispendio. Pero tenía una explicación. Los crespillos debían realizarse el día 25 de marzo, día de la Encarnación de la Virgen, es decir el día en que quedó encinta para dar a luz 9 meses después, en diciembre, a la vez que se recogen las aceitunas de los olivares.
En la mentalidad popular el paralelismo era muy obvio: si la Virgen y las oliveras obtienen su fruto a la vez, es probable que se preñaran también al mismo tiempo. Por eso la realización de ese postre que debe tener lugar el 25 de marzo, para propiciar así la fecundidad de las oliveras.
INGREDIENTES:
- 2 huevos
- 1 tacita de azúcar
- 1 tacita de cocimiento para aromatizar la masa
- 1 tacita de leche
- 1/2 sobre de levadura
- 1 puñadito de anís en grano
- 1/2 tacita de anís
- 1 gaseosa de papel
- 4 tacitas de harina
- Piel de naranja
- Hojas de borraja eco, bien lavadas, escurridas y secas
PREPARACIÓN:
Prepara el cocimiento con dos vasos de agua, un puñadito de anís en grano, media taza de aceite y la peladura de una naranja. Déjalo en ebullición para que se concentre.
Bate los huevos con el azúcar y añade los demás ingredientes, dejando para el final la harina. La masa debe adquirir la consistencia de una natilla.
Pasa las hojas de borraja por la masa procurando que se empapen bien. Gracias a sus finos pelillos es una tarea sencilla. Deja que se escurran un poquito para que suelten la masa sobrante.
Fríe los crespillos en abundante aceite de oliva bien caliente por ambos lados. Ve retirándolos a una bandeja sobre papel absorbente.
Antes de servir, espolvorea por los dos lados con azúcar y cómelos recién hechos. La masa crujiente y templada es irresistible.
¡Que aproveche!