Este cous cous está elaborado a partir de las sémola de trigo duro molida, pero sin llegar a convertirse en harina. Esta sémola es de trigo duro refinado, lo que le da su color claro característico y un sabor más suave y delicado, con una textura más ligera y esponjosa que la del cous cous integral.
Esta sémola heredada de los pueblos del Norte de África tiene un sabor que recuerda un poco a la nuez, pero en general, es bastante neutro, por lo que absorbe bien los sabores y aromas de los ingredientes con que se combina.
El cous cous blanco se cocina más rápido debido a su menor contenido de fibra en comparación con el cuscús integral, que retiene más el salvado y el germen del trigo.
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Puede servir para preparar ensaladas nutritivas y atractivas, en las que las diminutas bonitas doradas contrastan con los verdes y los rojos del tomate, el perejil o la menta. Si a esta combinación añades cebolla y un buen aliño de limón, tendrás listo un delicioso tabulé.
Además, puedes acompañar el cous cous con legumbres, carnes o pescados.
Su textura va genial en rellenos de pimientos, calabacines o berenjenas y combina bien con cualquier hortaliza, con champiñones, con verduras de hoja, o incluso con queso.
Para aromatizar tu cous cous te aconsejamos usar hierbas y especias: estragón, menta, cardamomo, clavos de olor, azafrán, cilantro o pimienta.
La clave para disfrutar de un buen cosu cous y que no quede seco es preparar un buen aliño, ligero y fluido para que los granos queden bien sueltos.
Crearás deliciosas guarniciones y saciantes platos con este humilde ingrediente.
El cous cous se cocina de manera muy fácil y rápida. Para prepararlo no es necesario remojar previamente. Solo tienes que colocar en una cazuela la misma proporción de agua o de caldo que de cous cous. Tras llevarlo a ebullición retira del fuego, tapa y deja reposar unos 15 minutos. Solo tienes que desapelmazarlo y tu cous cous estará listo para disfrutar.
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El cous cous es rico en hidratos de carbono en forma de almidón, que proporcionan energía de manera gradual a lo largo de muchas horas.
Además, es una de las fuentes vegetales más ricas en proteínas en forma de gluten. Por eso se considera un alimento muy nutritivo, pero no es apto para celíacos. De cada 100 g, 12 son proteínas y 3,7 son fibra.
Como se trata de un alimento con gran aporte energético es especialmente recomendable si eres deportista o desarrollas una actividad física importante.
El cous cous es rico en la antioxidante vitamina E y en vitaminas del grupo B.
Además aporta pequeñas dosis de calcio, potasio, hierro y cinc, y cantidades moderadas de magnesio y fósforo. Todo ello, junto con la fibra, ayuda a regular el metabolismo.
El cous cous contiene muy poca grasa, y una buena cantidad de la que aporta es en forma de ácido linoleico, seguido del oleico, ambos ácidos grasos esenciales.
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