COL RIZADA ECO

Esta variedad también se conoce como col crespa o kale portuguesa. Tiene unas hojas verdes características muy rizadas y onduladas y con los nervios de color blanco muy marcados. Su textura es crujiente cuando está fresca y tierna cuando se cocina.
Tradicionalmente se ha cultivado en las regiones frías del norte de Europa. De hecho su sabor mejora con el tiempo frio. Esto es debido a que con las heladas el metabolismo de la planta se ralentiza, consume menos azúcares pero la fotosíntesis los sigue produciendo de ahí que cada vez resulte más dulce.

En Alemania es tradicional consumirla con salchichas ahumadas. Pero con un poco de aderezo o zumo de limón, puede comerse cruda en ensalada, o como crudité acompañada de otras verduras y salsas para mojar.
Agrégala a recetas de pasta o sopas de miso, caldos y cremas al ir a servirlos.
Son excelentes al vapor, estofadas, al papillote o salteadas brevemente. Si se quieren texturas firmes bastan 10 minutos, mientras que para dejarlas más tiernas serán necesarios de 20 minutos a media hora.

Las coles son depurativas, remineralizantes y tienen propiedades desinfectantes. Apenas contienen grasa y tienen mucha fibra, por lo que resulta muy digestiva y saciante.
Es una verdura con un alto contenido en vitaminas C, K, A, beta caroteno y flavonoides.
Su riqueza en clorofila junto a su aporte de vitamina C, favorece la asimilación del hierro combatiendo así la anemia. Ten en cuenta que 100 g de col cruda aportan 120 mg de vitamina C. Si está cocida, solo 41 mg.

Destaca sobre todo por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, que juntas ejercen también una acción anticancerígena. Se sabe que el consumo regular de coles puede reducir a la mitad la incidencia de cáncer de pulmón, estómago, colon y piel gracias a su combinación de antioxidantes y compuestos azufrados.
Su aporte mineral es significativo: selenio, hierro, calcio, magnesio y potasio.
Debes consumirla con precaución sí padeces algún trastorno en la glándula tiroides ya que la goitrina qué contiene reduce la producción de hormonas tiroideas.