Las Zanahorias Ecológicas de Delieco.com tienen un aroma natural y terroso, un sabor dulce y fresco, son supercrujientes y divertidas de comer. Sabrosas, ligeras y a la vez, saciantes, son una de las hortalizas favoritas de muchos niños.
Ya sabes: realza cualquier preparación con su color naranja intenso. Pero ¡Ojo con las manchas verdes al final de la raíz! Indican que ha estado expuesta al sol y, por tanto, estas partes tendrán un sabor amargo y áspero.
Nuestras Zanahorias Ecológicas son el toque mágico que transformará una ensalada aburrida en un plato fresco, atractivo y lleno de sabor y beneficios para tu salud.
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Corta las zanahorias en bastones y sírvelas con hummus o yogur para un snack saludable, delicioso e irresistible.
Puedes usarla cruda, rallada o en rodajas en coloridas y frescas ensaladas.
También puedes cocerla para usarla en platos calientes, en los que su sabor dulce proporcionará un equilibrio delicioso con el resto de los ingredientes.
Las cremas con tef, con almendras y pistachos o simplemente con patata y puerro son reconfortantes, deliciosas y sientan genial.
Asa o saltea zanahorias con hierbas frescas para resaltar su dulzor natural y convertir tus zanahorias en la estrella de tus guarniciones gourmet.
Úsalas también en deliciosos portes. Las opciones, más allá del clásico pastel de zanahorias, son infinitas: zanahorias caramelizadas, en compota…
Un buen zumo de zanahoria en verano nos permite obtener muy buenas dosis de betacaroteno para cuidar la piel. También las puedes incluir en zumos verdes hechos con hojas amargas, porque su dulzor ayudará a equilibrar el sabor.
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El atractivo color naranja de las zanahorias no solo nos regala un auténtico festín visual añadiendo belleza a nuestra mesa, sino que también indica su riqueza en antioxidantes naturales.
Las zanahorias son las hortalizas con más beta-caroteno, un antioxidante que se convierte en vitamina A en el cuerpo, una gran aliada de la salud de la piel, de las mucosas y de la vista.
El betacaroteno junto con las cumarinas, la quercitina o los terpenos de la zanahoria son eficaces en la prevención de algunos tipos de cáncer, por sus efectos antitumorales.
Lo mejor del betacaroteno es que no se destruye al cocinar las zanahorias. Es más, se asimilará incluso mejor y te permitirá aprovechar al máximo sus potentes vitaminas antioxidantes: C, E, y ácido fólico. El betacaroteno es liposoluble, así que se aprovecha mejor si acompañas las zanahorias cocidas con alguna grasas (AOVE o aguacate, por ejemplo).
Una ración de 100 gramos cubre ¡el 110% de la vitamina A que necesitas al día! Previene las cataratas y la degeneración macular y ayuda si estás perdiendo agudeza visual, especialmente crepuscular o nocturna, y en caso de padecer fotofobia o conjuntivitis.
Si la consumes cotidianamente estimularás la producción de melanina y te ayudará a protegerte de los efectos nocivos del sol.
La fibra presente en las zanahorias promueve la salud digestiva. Una dieta astringente a base de arroz con zanahoria, alivia las gastroenteritis. Y para aliviar el estreñimiento crónico es útil el zumo de zanahorias que ayuda a regular y limpiar el tracto intestinal.
Otra de sus ventajas es que tiene muy pocas calorías: una zanahoria mediana tiene apenas 25 calorías, por eso es un picoteo perfecto.
Al desarrollarse bajo tierra y actuar como reserva energética de la planta, resultan ricas en minerales como hierro, potasio, yodo, magnesio, níquel, azufre, cinc…
Todos estos nutrientes convierten a las zanahorias en un alimento tónico, remineralizante, con propiedades alcalinizantes y supersaludable.
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