La coliflor es una hortaliza de la familia de las crucíferas de color blanco cremoso, con una cabeza compacta y firme formada por numerosos floretes agrupados, rodeada de hojas verdes que la protegen. Su es sabor suave y ligeramente dulce y su textura es tierna, pero firme.
La coliflor blanca se mantiene de ese color porque las hojas que la rodean protegen los floretes del sol, evitando que desarrollen clorofila y se vuelvan verdes.
Cultivada sin pesticidas ni químicos, esta coliflor es un alimento saludable y natural.
El aroma de la coliflor cocinada puede ser un poco fuerte y sulfuroso, especialmente si se hierve durante mucho tiempo. Este olor se debe a los compuestos de azufre que se liberan durante la cocción. Para minimizar este olor, puedes cocinarla al vapor, ya que este método reduce su liberación.
Añade floretes de coliflor cruda o ligeramente cocida a tus ensaladas para darles un toque crujiente y nutritivo.
Es perfecta para sopa y cremas: puedes cocinarla al vapor y luego triturarla con un poco de mantequilla o aceite de oliva para obtener una textura suave y cremosa.
Asa la coliflor en el horno con un poco de aceite de oliva, sal y tus especias favoritas. Esto realza su sabor y mantiene sus nutrientes.
Puedes usarla en vez del arroz en una dieta baja en carbohidratos. Ralla la coliflor cruda y úsala como sustituto del arroz.
También puedes gratinarla con una salsa ligera de queso y usarla en una infinidad de recetas más, ¡es muy versátil!
Si decides hervir la coliflor, usa la menor cantidad de agua posible y no la cocines demasiado tiempo. Unas gotas de limón pueden ayudar a mantener su color blanco y añadir sabor.
La cocción al vapor es el método ideal para conservar la mayoría de los nutrientes de la coliflor. Coloca los floretes en una cesta para vaporizar sobre agua hirviendo durante unos 5-7 minutos, o hasta que estén tiernos pero aún firmes.
Hornear la coliflor a baja temperatura ayuda a preservar sus vitaminas y minerales. Puedes asarla a 180°C durante unos 20-25 minutos, hasta que esté dorada y tierna.
La coliflor es un alimento bajo en calorías y una excelente fuente de vitaminas K (relacionada con la salud ósea) C y B6, así como de folato y fibra dietética, que favorece la digestión y el buen funcionamiento de la salud intestinal.
Los compuestos bioactivos en la coliflor tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo. Además, contiene antioxidantes como el sulforafano que protegen las células del daño oxidativo.
El consumo regular de coliflor puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas al mejorar la circulación y reducir la presión arterial.
