La alcachofa (Cynara scolymus) se cultiva como alimento en climas templados. La parte comestible es en realidad la flor sin abrir, que se cosecha antes de que se desarrolle por completo.
La porción comestible es de unos 36 gramos por cada 100 gramos de producto fresco.
Su temporada de recolección y mejor época de consumo se produce de septiembre a mayo.
Nuestras alcachofas ecológicas tienen un aspecto robusto y compacto, con hojas carnosas y un corazón tierno y sabroso. Su color verde y su aroma fresco y herbáceo dan buena cuenta de su calidad y frescura.
El sabor de este vegetal es delicado y ligeramente dulce y su textura es tierna y suculenta.
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Estas alcachofas son ideales para cocinar al vapor, asar a la parrilla, saltear con aceite de oliva y ajo o agregar a ensaladas y guisos.
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Las alcachofas son una excelente fuente de vitaminas y minerales esenciales como el potasio y el fósforo.
El potasio contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso y de los músculos. En el caso del fósforo, este contribuye al mantenimiento de los huesos y dientes.
Tras el agua, el componente mayoritario de las alcachofas son los hidratos de carbono, entre los que destaca la inulina, un tipo de fibra soluble que estimular el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino, como las bifidobacterias. Estas bacterias ayudan a mantener un equilibrio saludable de la flora intestinal, lo que puede mejorar la digestión y prevenir trastornos digestivos como el estreñimiento y la diarrea.
También ayuda a aumentar la sensación de saciedad y reducir el apetito y además puede contribuir a regular los niveles de azúcar en sangre al ralentizar la absorción de glucosa en el torrente sanguíneo.
Sin embargo, lo más destacable de su composición son una serie de sustancias que se encuentran en pequeña cantidad (esteroles y cinarina), pero dotadas de notables efectos fisiológicos positivos y propiedades antioxidantes.
Los esteroles vegetales, también conocidos como fitoesteroles, tienen una estructura similar al colesterol. Al ser consumidos en la dieta, los esteroles compiten con el colesterol en el tracto digestivo, lo que puede reducir la absorción del colesterol LDL (colesterol "malo") en el cuerpo. Esto puede ayudar a reducir los niveles de colesterol en sangre y disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
La cinarina, un compuesto polifenólico presente en las alcachofas, estimula la producción de bilis en el hígado y su liberación en el intestino delgado. La bilis es fundamental para la digestión de las grasas, ya que emulsiona las grasas para que puedan ser absorbidas adecuadamente. Esto puede ayudar a aliviar los síntomas de indigestión y mejorar la función digestiva en general.
Ayuda a eliminar toxinas y desechos del cuerpo de manera más eficiente. Además, se cree que la cinarina tiene propiedades regenerativas que pueden ayudar a proteger y reparar las células hepáticas dañadas.
Como ves, el consumo de alcachofas puede ayudar a mejorar la digestión, regular el azúcar en la sangre, promover la salud del hígado y apoyar la pérdida de peso.
A pesar de su sabor rico y carnoso, la alcachofa es sorprendentemente baja en calorías. Una alcachofa mediana contiene menos de 60 calorías, lo que la convierte en una excelente opción para aquellos que buscan mantener un peso saludable.
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