MIJO PELADO ECO

Este cereal, muy antiguo, se obtiene de la planta gramínea Panicum miliaceum. Son pequeños granos brillantes de 2-3 mm de diámetro de color amarillo claro. Su sabor es delicado.

Ha sido “redescubierto” en Europa debido a sus propiedades saludables. Es un grano naturalmente libre de gluten. Además, es una fuente rica en fibra, proteínas y minerales como el magnesio y el hierro.

Se puede cocer junto a quinoa, lentejas rojas o arroz, pues los tiempos son similares.
Está indicado para preparar sopas, papillas, como guarnición de platos de verdura e incluso para hacer croquetas o hamburguesas vegetales.
También se puede incluir en ensaladas y platos de legumbres.
Es una interesante alternativa al arroz o a la pasta de trigo.
Su textura crujiente captura bien los aromas de los ingredientes que lo acompañan y no cansa al paladar, pues su sabor suave no domina en el plato.

No es necesario ponerlo a remojo pero antes de cocerlo, es preciso lavarlo y escurrirlo bien.

Para prepararlo tuesta el mijo ligeramente en una sartén y cuécelo durante 15 minutos en la proporción de dos partes y media de agua por una de mijo.
Te quedará tierno y suelto.

Una taza de mijo crudo absorbe agua y crece hasta multiplicar su volumen por tres.

Es uno de los cereales más ricos en hierro (60 g cubren el 41% de las necesidades diarias CDR). Por eso debes tomarlo si te encuentras fatigado o sufres anemia, astenia, falta de ánimo y menstruaciones abundantes.
Por su alto contenido en magnesio (29% de la CDR) es un cereal muy apropiado para los deportistas, que con el sudor pierden minerales. Combate el agotamiento, favorece la recuperación tras el esfuerzo, alivia los calambres y fortalece los músculos.
También es muy energético (64 % de hidratos de carbono) y tiene pocas grasas (4%).
Su contenido en vitaminas B1, B2 y B9 triplica el de otros cereales por lo que se recomienda para regenerar el sistema nervioso y para las mujeres en el embarazo y la lactancia. 
Tiene fibra (8,5%) y no contienen gluten.