La soja texturizada se obtiene a partir del haba de la soja. Tras extraer su aceite y desechar la piel, la harina se seca, se muele y se somete a un proceso de extrusión (se comprime a alta presión y temperatura). Durante este proceso, las proteínas de la soja se desnaturalizan y las fibras cambian de estructura, creando una textura esponjosa y fibrosa: la soja texturizada. Este cambio estructural es lo que le permite absorber líquidos y sabores.
Este alimento, muy versátil, se utiliza como proteína vegetal sustitutiva de la carne debido a su consistencia y es muy adecuado para personas que siguen una dieta pobre en proteínas y entre los veganos.
La ventaja de consumir esta soja texturizada de procedencia ecológica es que te garantiza la ausencia total de químicos y de OGM’s.
La soja texturizada viene deshidratada. Como esos trocitos no contienen agua, pesan muy poco, ocupan poco espacio y se pueden guardar durante mucho tiempo. Además, como puedes imaginar, rinde mucho.
Leer más
Una ración son unos 60 gramos en seco, teniendo en cuenta que por lo general suele triplicar el tamaño.
Para hidratar la proteína de soja utiliza el doble de líquido (agua o caldo para aportar más sabor) y déjala en remojo durante 20 minutos. Lo absorberá y crecerá un montón. Después escúrrela y tendrás una masa de aspecto similar al de la carne picada.
Esta soja ya hidratada tiene poco sabor y está fría: alíñala con especias y saltéala en la sartén con un poco de aceite de oliva y añade salsa de soja. Absorberá los sabores y adquirirá mucha mejor textura.
La podemos utilizar para hacer recetas de espaguetis, salsa boloñesa, rellenos para tacos, empanadas, canelones, lasañas y pizzas, albóndigas, croquetas, hamburguesas vegetales…
Ten en unta que la soja texturizada no contienen ningún aglutinante, así que no puedes coger un puñado, aplastarlo y hacer una hamburguesa porque se deshará.
Necesitarás otros ingredientes que provean de esa función como huevos batidos, patata, zanahoria, pan rallado, copos de avena … que harán que todo quede amalgamado para obtener una masa homogénea y consistente.
Leer más
Una ración de 60 g de soja texturizada casi cubre las necesidades proteicas diarias de un adulto. Su proteína resulta especialmente completa, pues contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo humano necesita para funcionar correctamente (aproximadamente 52% de su composición).
Estos aminoácidos incluyen:
- Leucina, isoleucina y valina: Importantes para la síntesis muscular.
- Lisina: Crucial para la reparación de tejidos y el crecimiento.
- Metionina y cisteína: Esenciales para la producción de proteínas y antioxidantes.
- Fenilalanina: Necesaria para la producción de neurotransmisores.
- Treonina: Importante para la formación de colágeno y elastina.
- Triptófano: Precursor de la serotonina, que regula el estado de ánimo y el sueño.
- Histidina: Esencial para el crecimiento y la reparación de tejidos y para la producción de glóbulos rojos y blancos.
La proteína de soja tiene efectos beneficiosos sobre la tasa de colesterol y posee un alto contenido en fitoestrógenos, que ayudan en la menopausia y reducen el riesgo de padecer algunos cánceres. Además es muy saciante y te ayudará a controlar el apetito a lo largo del día.
Además tienen mucha fibra, magnesio y fósforo y es baja en grasas saturadas, colesterol y sodio.
Leer más